Un festejo del Día del Niño en una escuela de Oaxaca culminó en tragedia cuando ocho menores resultaron con quemaduras de diversa gravedad. Aunque los detalles específicos del incidente aún no han sido confirmados por las autoridades, este suceso resalta la importancia de implementar medidas de seguridad adecuadas durante eventos escolares.
De acuerdo con los primeros reportes, los hechos se registraron al interior del plantel ubicado en la calle Berriozábal 120 en la zona Centro de la ciudad. Los testigos indicaron que las autoridades educativas organizaron varias actividades en honor a los pequeños.
Una de estas actividades era un campamento durante la noche, así que para hacer la experiencia aún mejor, prendieron una fogata. Sin embargo, las llamas no fueron suficientes, por lo tanto un profesor decidió reavivar el fuego.

Para ello, arrojó alcohol a la fogata, lo que provocó que el fuego se expandiera y alcanzara a los niños que se encontraban alrededor.
En Oaxaca, la atención médica especializada para niños con quemaduras es limitada. La unidad para niños quemados en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, inaugurada en 2010, permanece inactiva debido a la falta de recursos y personal especializado. Como resultado, muchos menores con quemaduras graves son trasladados al Hospital Shriners en Galveston, Texas, con el apoyo de la Fundación Michou y Mau
Según los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), el 90% de las quemaduras pediátricas ocurren en la cocina, pero también se registran incidentes en contextos escolares y comunitarios. Las autoridades sanitarias han hecho un llamado a padres, madres y cuidadores para evaluar riesgos y aplicar medidas preventivas en el hogar y en eventos públicos.

Este lamentable incidente subraya la necesidad urgente de fortalecer la infraestructura médica en Oaxaca y de implementar protocolos de seguridad más estrictos en actividades escolares, especialmente aquellas que involucran materiales potencialmente peligrosos.