Oaxaca de Juárez, Oax. — Una circular firmada por Noel Hernández Rito, secretario de Administración del gobierno estatal, ordena que a partir del 1 de octubre los trabajadores de esa dependencia usen cada miércoles vestimenta tradicional de algún pueblo indígena de Oaxaca. El documento oficial, con folio SA/SP/035/2025, detalla que la medida forma parte de una iniciativa denominada Miércoles de Sti Guen-da Stidu (“Miércoles de nuestra identidad”).

La noticia ha generado malestar entre los empleados públicos, ya que muchos no disponen de trajes regionales ni tienen los recursos para adquirirlos. Diversos trabajadores entrevistados bajo condición de anonimato manifestaron su preocupación por el costo adicional que implica cumplir la disposición gubernamental. Asimismo, señalaron que se les exigió firmar la circular para dejar constancia de su conocimiento, aunque no se les ha notificado claramente si habrá sanciones para quienes no acaten la orden.

El oficio también advierte que el 1 de octubre se llevará a cabo una fotografía grupal con los atuendos regionales. En el caso de los empleados eventuales, se advierte que podrían ver afectada su contratación si no cumplen con la medida.

La disposición ha sido recibida con escepticismo por artesanos y colectivos dedicados a la venta de ropa tradicional. Aunque algunos esperaban que la orden estimulara la demanda de trajes típicos indígenas, advierten que el mercado está saturado de imitaciones fabricadas en serie, muchas de origen chino, que se venden a precios muy bajos.

Mientras un huipil auténtico puede costar entre 600 y 900 pesos, versiones importadas se ofertan en tan solo 100 pesos, opacando el comercio artesanal local. También cuestionan que el uso obligado de los trajes, sin una campaña educativa o de fortalecimiento cultural sustentable, podría convertirse en “disfraz” más que en un símbolo de identidad.

Según datos oficiales incluidos en la circular, Oaxaca cuenta con 17 pueblos originarios distribuidos en más de ocho regiones del estado. Se estima que el 69 % de la población es indígena, un 31 % habla una lengua nativa y alrededor del 4.7 % se identifica como afromexicana.

La medida gubernamental busca visibilizar la riqueza cultural del estado y promover un sentido de orgullo entre los oaxaqueños, pero enfrenta críticas por su carácter obligatorio, los costos que impone a los servidores públicos y la posible contradicción entre la intención simbólica y la realidad económica y comercial de los pueblos originarios.

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