Ciudad de México, Méx. — En una acción clave para preservar la estabilidad económica bilateral, la presidenta Claudia Sheinbaum y su homólogo estadounidense, Donald Trump, acordaron extender por 90 días el actual esquema comercial entre ambos países, evitando así un aumento en los aranceles previsto para este 1 de agosto.

El anuncio se dio luego de una llamada telefónica que ambas partes calificaron como “positiva” y “constructiva”. Según el comunicado oficial, el acuerdo mantiene vigentes los aranceles actuales del 25 % a productos como fentanilo y automóviles, así como el 50 % al acero, aluminio y cobre mexicanos, impuestos por Estados Unidos como medida temporal a principios de este año.

Durante el periodo de prórroga —que culmina el 31 de octubre de 2025— los gobiernos de México y Estados Unidos continuarán negociaciones para construir un acuerdo comercial de largo plazo, que dé certidumbre a las cadenas productivas y al comercio bilateral.

Además, México se comprometió a eliminar barreras comerciales no arancelarias, un tema que había sido señalado por la administración Trump como obstáculo para un intercambio justo.

La presidenta Sheinbaum celebró el entendimiento alcanzado:

“Este acuerdo evita un impacto económico negativo inmediato y abre la puerta a un nuevo marco de cooperación con Estados Unidos, basado en el respeto y el diálogo”, declaró.

Por su parte, Trump manifestó en su red social Truth Social que la llamada con la mandataria mexicana fue “muy productiva”, y reconoció la disposición de México para avanzar en temas clave como migración, seguridad y narcotráfico.

Analistas consultados destacaron que la decisión disipa, al menos temporalmente, la incertidumbre que pesaba sobre sectores industriales clave en México, especialmente el automotriz y el acerero. Asimismo, la medida evita una escalada comercial que podría afectar los principios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó el resultado de la negociación como “espléndido”, al señalar que se priorizó el interés nacional y se logró un equilibrio que protege la economía mexicana sin romper la relación con Washington.

Con esta extensión, ambos gobiernos se dan una nueva oportunidad para fortalecer sus vínculos comerciales y construir un nuevo acuerdo que trascienda las tensiones coyunturales.

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