Santiago Amoltepec, Oaxaca – A tan solo unas horas del desarrollo de la elección municipal, dos personas fueron asesinadas la noche del 5 de septiembre en la Agencia de Policía de Llano Grande, perteneciente a Santiago Amoltepec, en la Sierra Sur de Oaxaca.
De acuerdo con las primeras versiones, los fallecidos son los hermanos Domingo y Laureano Hernández Gómez, quienes fueron agredidos a tiros al exterior de una tienda, donde fallecieron de manera instantánea. Uno de ellos habría desempeñado funciones como agente municipal, aunque la Fiscalía General del Estado aún investiga y no ha confirmado su identidad oficialmente.

Frente a la escalada de violencia, la Fiscalía desplazó un equipo multidisciplinario desde la Vicefiscalía Regional de Valles Centrales para realizar las diligencias y peritajes correspondientes. Asimismo, se reforzó la seguridad en la zona con la intervención de elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, la Guardia Nacional y la Policía Estatal.
Por su parte, la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE) también ha activado protocolos para garantizar que el proceso electoral se lleve a cabo con normalidad, sin que estos hechos comprometieran la jornada comicial.

Esta situación ocurre en un contexto de alta tensión política. Familias del aspirante Feliciano Hernández —actualmente detenido junto con su esposa— denunciaron presiones, amenazas y hasta delitos fabricados en su contra. Alegan que existe una pugna por el control de más de 100 millones de pesos del presupuesto anual, lo que ha profundizado la polarización local. A través de redes sociales, simpatizantes de distintos candidatos se han responsabilizado mutuamente de los hechos, minando aún más la cohesión comunitaria.
Hasta este momento, las autoridades no han reportado detenidos ni líneas de investigación concretas que señalen a los responsables del doble homicidio.
Este episodio se suma a una creciente ola de violencia en Santiago Amoltepec: en mayo fue asesinado el presidente municipal Mario Hernández García, en una emboscada que también costó la vida a su chofer y un policía. Dichos hechos evidencian la gravedad de las fracturas sociales y la vulnerabilidad del proceso democrático en esta zona de Oaxaca.