México enfrenta un problema persistente de salud pública y derechos humanos: el registro de 89,527 nacimientos correspondientes a madres adolescentes, entre los que se incluyen casos extremos como niñas de tan solo 10 años. El dato revela una situación crítica en cuanto a protección de la infancia, salud materna y educación sexual.
De acuerdo con la información difundida en el artículo, esas cifras reflejan que una proporción significativa de esas madres eran niñas muy jóvenes, lo que confirma que no se trata solo de maternidad adolescente sino también de embarazos infantiles.

A nivel nacional, los datos oficiales del INEGI y organizaciones de derechos de la infancia muestran que los nacimientos protagonizados por mujeres de entre 10 y 17 años rondan los 108,760 en 2022. De ese total, más de 7,200 nacimientos se registran en niñas de entre 10 y 14 años. En 2023 también se reportaron 101,147 nacimientos en dicho grupo (10-17 años), de los cuales casi 7,000 correspondieron a niñas entre 10 y 14 años.

La proporción de nacimientos de madres adolescentes representa alrededor del 13 % de los partos en México, cuando se considera el grupo de 15 a 19 años. Además, en 2023, el 0.4 % de los nacimientos registrados correspondieron a niñas de 10 a 14 años, demostrando que aunque porcentualmente es un segmento pequeño, los casos extremos llaman particularmente la atención.
Riesgos y consecuencias sociales
Los embarazos en niñas y adolescentes implican severos riesgos de salud: mayores probabilidades de complicaciones obstétricas, mortalidad materna e infantil, así como un impacto negativo en la educación y las oportunidades de vida de las madres y sus hijos. En muchos casos, estos embarazos ocurren en contextos de desventaja social, pobreza, falta de acceso a información y servicios de salud, y en situaciones donde las niñas pueden ser víctimas de abuso o violencia.

A nivel institucional, México cuenta con la Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo No Planificado (ENAPEA), cuyos objetivos incluyen reducir en al menos 50 % la fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años, así como buscar eliminar completamente los nacimientos en niñas de 10 a 14 años. También se han reportado descensos en las tasas específicas de fecundidad en niñas entre 10 y 14 años: de 1.63 a 1.69 nacimientos por mil en ese grupo para el periodo 2015-2022.
Las cifras como las de 89,527 nacimientos en madres adolescentes y niñas de 10 años ponen de manifiesto la necesidad de redoblar esfuerzos. Se requiere fortalecer la educación sexual integral, garantizar el acceso a servicios de salud reproductiva amigables para adolescentes, reforzar la protección jurídica de niñas y adolescentes, y detectar tempranamente situaciones de riesgo. La sociedad, las instituciones educativas, el sistema de salud y las autoridades estatales y federales deberán coordinarse para prevenir que más niñas vean truncadas sus oportunidades por una maternidad precoz.